Varias canciones latinas son reconocidas como “tesoro para la posteridad”
Los registros de definición de Ricky Martin, Linda Ronstadt y el Buena Vista Social Club han sido incluidos en el Registro Nacional de Grabaciones de la Biblioteca del Congreso de los EEUU.
El megaéxito pop latino de Martin “Livin’ La Vida Loca”, el álbum de música tradicional mexicana en español de Ronstadt “Canciones de mi Padre” y el álbum debut del conjunto de música cubana Buena Vista Social Club se encuentran entre los 25 discos y álbumes que se agregaron este año a la biblioteca de historia de audio de la nación para su conservación.
Los éxitos de Ronstadt en la década de 1970 incluyeron “You’re No Good”, “Blue Bayou” y “Hurt So Bad”. Antes de jubilarse en 2009 después de que le diagnosticaron parálisis supranuclear progresiva, un trastorno cerebral raro e incurable similar al Parkinson, Ronstadt cantó de todo, desde new wave y rock hasta baladas country, ópera y rancheras, un popular género musical mexicano.
En 1987, a pesar de la desaprobación de su sello discográfico, Ronstadt lanzó el proyecto de su máxima pasión, “Canciones de mi Padre”, como tributo a las canciones que aprendió de su padre y a su herencia mexicoamericana.
“Aprendí mucho de mi canto de Lola Beltrán”, había mencionado a NBC News, hablando de una de las cantantes de rancheras más aclamadas de México. “La música mexicana fue una tremenda influencia en mi estilo de canto”.
Su padre, Gilbert, conocía muchas hermosas canciones de amor mexicanas que le fueron transmitidas por el abuelo de Ronstadt, Federico, quien nació en Sonora, México, en 1868 de padre alemán y madre mexicana.
Grabado junto a cuatro distinguidas bandas de mariachis, el álbum presentó la música a innumerables oyentes nuevos. El disco vendió más de 2,5 millones de unidades y se convirtió en la grabación en lengua no inglesa más vendida en la historia del país, según la Biblioteca del Congreso.
También fue doble platino y ganó un Grammy a la mejor interpretación mexicoamericana. El éxito del álbum ayudó a allanar el camino para artistas como Selena Quintanilla y Gloria Estefan en la década de 1980, así como para otros, como Ricky Martin, Shakira y Jennifer López, quienes se convirtieron en las figuras centrales de la explosión de la música latina durante las décadas de 1990 y 2000.
Las canciones de ese álbum también fueron las últimas que cantó en noviembre de 2009 antes de retirarse oficialmente. “Vengo del desierto de Sonora, que existe a ambos lados de la frontera”, dijo Ronstadt, quien nació en Tucson, Arizona. “Siempre me he sentido profundamente afiliado a la cultura mexicoamericana”.
Casi una década después de “Canciones de mi Padre”, un conjunto de 20 músicos cubanos se reunió en el Buena Vista Social Club con la ayuda del ejecutivo musical británico Nick Gold, el guitarrista estadounidense Ry Cooder y el director de orquesta cubano Juan de Marcos para grabar un musical cubano clave.
“La gente simplemente se enamoró de esa música”, dijo Gold en 2016 antes del último concierto de la banda en La Habana. A medida que su álbum debut de 1997 ganó popularidad, ayudó a impulsar el resurgimiento de la música cubana y latina en ese momento.
Inmediatamente después del éxito de Buena Vista Social Club, el gran éxito bilingüe de Ricky Martin, “Livin’ La Vida Loca”, haría estallar las listas musicales y allanaría el camino para la globalización del pop latino antes de que los servicios de transmisión de música cambiaran la industria musical.
El cantautor puertorriqueño Draco Rosa, quien coescribió el éxito mundial de 1999 junto a Desmond Child, dijo que cree que “la energía de un movimiento es lo que domina en esa canción sobre los latinos, el empoderamiento de los latinos”.
“La vida está llena de mucho sufrimiento y ‘La Vida Loca’ es todo lo contrario”, dijo Rosa en un comunicado.
La canción se convirtió en el éxito número 1 en 20 países y fue certificada platino en los EE. UU., el Reino Unido y Australia. Permaneció en el número 1 en el Billboard Hot 100 durante cinco semanas consecutivas y ganó el récord del año en la 42ª entrega de los premios Grammy.
La bibliotecaria del Congreso Carla Hayden dijo en un comunicado el miércoles que las contribuciones de estos artistas latinos son “tesoros de audio dignos de ser preservados para siempre en función de su importancia cultural, histórica o estética en el patrimonio sonoro grabado de la nación”.
Se unen a una colección de sonido de casi 4 millones de artículos, 600 de los cuales son títulos que figuran en el Registro Nacional de Grabaciones, dijo Hayden. “La biblioteca nacional se enorgullece de ayudar a preservar estas grabaciones”, expresó.