Residente cuenta su verdadero sueño: no tiene que ver con la música
El compositor René Pérez, conocido como Residente, concedió una entrevista para hablar sobre uno de los temas que se ha convertido en la motivación de su vida lejos de la industria de la música.
El puertorriqueño aceptó la invitación del creador de contenidos Roberto Mtz. Este posee un exitoso podcast y canal de YouTube, para formar parte de uno de los episodios de “Creativo”. Residente recordó su carrera con Calle 13.
Cuando formó la banda, el artista dijo que tenía en su mente una serie de ideas que quería dar a conocer y que en ese momento, la música fue fue su motor.
Sin embargo, declaró que el inicio de la pandemia le hizo cuestionarse cual era su sueño.
“Cuando empezó la pandemia decidí hacer lo que más me gusta, que no es rapear, es hacer cine. Yo hago rap como un hobby y así hice Calle 13 y no pude salir. No fue malo, pero yo quería hacer cine, no quería ser rapero, no es mi sueño. Me gusta escribir, no ser actor, sino dirigir. No por una cuestión de créditos sino que tengo unas ideas que me gustaría plasmar visualmente”, expresó.
Sobre las tiraderas, el artista dijo que “no es su todo ni tampoco su fuerte”, en referencia a que no es parte principal de su repertorio. “Yo me metí a ese mundo porque me tiró Tempo y todo el mundo quería saber cómo yo respondía”, contó.
“La realidad es que yo sinceramente me meto (a las tiraderas) como diversión, como un ejercicio de escritura. No es que yo me siento a escribirlas y me lo disfruto”, agregó.
Su pasión por el séptimo arte
René Pérez, considerado el rapero latino con más formación académica, ingresó en la Escuela de Artes Plásticas en San Juan. Luego logró una beca para continuar sus estudios en el Savannah College of Art and Design en Georgia (EEUU), donde llevó a cabo un máster en Bellas Artes.
Su participación en el cine donde admitió que es una industria complicada, ha estado abocada a dirigir algunos de sus videoclips.
También, destaca un documental llamado “Residente”, dirigido y protagonizado por él mismo que muestra un tema siempre presente en sus canciones: sus raíces.
Como germen de esa travesía, hace unos seis años, y a propuesta de un amigo, Pérez Joglar se realizó un análisis de ADN para conocer a sus ancestros y tres años después retomó los resultados de ese estudio para hacer arte con su huella genética, en un viaje que lo llevó a convivir con cazadores en Siberia, ver la guerra de cerca en Osetia o Burkina Faso y Ghana, conjugar sus estrofas con la música de la Orquesta Sinfónica de Moscú, y con la Ópera de Pekín en China.