«Me trataron como un mono de feria»: dramática infancia de niño superdotado
Javier González Recuenco, de 51 años, recuerda su traumática infancia cuando descubrió que era superdotado. Ahora, con 51 años, casado y padre de tres hijas, ayuda a otros como él desde su cargo como presidente en España de Mensa, la asociación internacional de superdotados. Además, participó en proyectos como el documental “Las cebras”, de José Reguera, que abrió recientemente todo un debate en el país europeo sobre cómo mejorar la vida de los niños superdotados y de altas capacidades.
“No tuve la sensación de ser diferente hasta que no llegué a Madrid en esta segunda etapa. En ella me di cuenta de que era diferente por las malas. Es cuando empieza el bullying salvaje, cuando empiezan los insultos, las agresiones”, recordó para BBC Mundo. González, afirmó que cuando llegó a su adolescencia, cansado del acosó pasó a convertirse en una especie de líder de un grupo de gente bastante complicada“.
“No soy el único con esta experiencia terrorífica. A mi amigo íntimo Pepe Beltrán, que está conmigo en la junta directiva de Mensa, le salvó la vida un profesor cuando entró en medio de clase cuando el resto de compañeros le estaban colgando con el cordel de la persiana”, agregó.
Reproches a sus padres
González, echa en cara a sus padres que lo tratasen “como a un mono de feria”. “Yo era para ellos como una especie de mono de feria. Era de estos niños que hablaban muy bien, muy articulado. Era capaz de recitar muchas cosas de memoria. Mis padres estaban encantados. Era muy buen estudiante, no daba problemas. Tampoco les conté nada de lo que pasaba en el colegio, si somos justos”, manifestó. Además, confesó que a veces era tan su desamparo que lo único que pensaba era en tirarse desde “el otro autobús”.
González tiene 3 hijas de 14, 13 y siete años y está seguro de que una de ellas tiene altas capacidades y las otras dos, “bastante posible”. Asegura que le preocupa mucho como puedan desenvolverse y que no le ocurran lo mismo que le sucedió a él en su juventud. “Necesito que sean niñas y se desarrollen emocionalmente. Pero yo hablo mucho con la que seguramente sea superdotada. Es importante que entienda que ellos son más y que los que nos tenemos que adaptar somos nosotros”, afirmó.